Se trata de un refugio de tipo escolar, construido en el año 1938 (entre enero y julio de ese año) por parte del arquitecto José Luis Testor y que tenía una capacidad para albergar 700 niños del centro escolar situado en un lateral del propio edificio del Ayuntamiento.
Consta de dos entradas simétricas mediante escaleras y cinco naves alargadas paralelas, cubiertas con bóveda rebajada hecha de hormigón, y comunicadas entre sí mediante arcos de medio punto.
Las dos naves extremas son más largas. En una de ellas se situaba la sala de máquinas con el extractor de aire eléctrico, que se conectaba a una red de canales por debajo del suelo y por dentro de las paredes, con lo que se conseguía mantener una ventilación adecuada dentro del refugio; este extractor tenía una manivela para accionarlo manualmente en caso de que fallase el suministro eléctrico. En el otro extremo del refugio estaban los retretes, cuyo desagüe iba a un pozo ciego.
Todas las naves tenían bancos de obra, donde se podían sentar los escolares mientras esperaban que pasara el peligro. El refugio disponía de electricidad distribuida mediante tubos de cobre que contenía el cable y que daban luz a las bombillas que colgaban directamente del techo.
Este refugio fue modificado parcialmente a finales de los años 50 del siglo pasado, cuando se construyó la actual cochera, para lo cual, se remodeló el trazado de las escaleras.
A partir de los años 60, pasó a ser utilizado como almacén de documentos, para lo cual se eliminaron diversos elementos originales, como la maquinaria del aire o los bancos corridos. Además, se picaron las paredes para eliminar humedades y se añadió un pavimento de baldosas hidráulicas. Por último, se compartimentaron las naves tapiando los diferentes arcos de comunicación y se pusieron puertas para independizarlas. Con ello se modificó el aspecto original que tenía y en gran medida se olvidó su origen. Para la mayoría de los funcionarios de la casa, el antiguo refugio pasó a ser simplemente un almacén.
Este es el aspecto y el uso que tuvo este refugio hasta el año 2016, cuando se planteó por parte de la Regidoria de Patrimoni Cultural i Recursos Culturales, un proyecto para llevar a cabo su recuperación y puesta en valor como legado patrimonial de la memoria histórica de la guerra civil en nuestra ciudad.
En abril de 2016 comenzaron los estudios previos del refugio que consistieron en recopilar la documentación original que había sobre el mismo, principalmente los expedientes de construcción y reforma existentes en el Archivo Histórico Municipal.
También se hicieron diversas catas arqueológicas en el suelo y las paredes para ver si, a pesar de las transformaciones sufridas, se conservaban restos de la fábrica original, recuperándose parte de la pintura. Pacientemente se fueron retirando las capas de pintura añadidas posteriormente hasta llegar al acabado original.
A partir de la documentación obtenida se planteó el proyecto de rehabilitación, que se ha basado en recuperar el aspecto del refugio en el momento de su construcción, dejando patentes las huellas de los elementos desaparecidos. El resultado es el que se puede observar actualmente.
Por otra parte, se preparó el proyecto museográfico como una intervención de baja intensidad, con objeto de potenciar el edificio en sí mismo. Se han situado paneles informativos en las cabeceras de las naves, así como un audio visual sobre la guerra civil en la primera de ellas.
Así mismo, se ha adecuado el pasillo de acceso al refugio a modo de introducción, con información relativa a los refugios antiaéreos de Valencia.
Podemos ver aquí un mapa de la ciudad con la ubicación de todos los conocidos, así como los impactos de las bombas lanzadas por la aviación nacional. Hay también información sobre los diferentes tipos de refugio antiaéreo, así como su uso después de acabada la guerra. Finalmente se dedica un apartado a los efectos del bombardeo que sufrió el Ayuntamiento el 28 de mayo de 1937.